Piscinas, cloro y dientes. Cómo afecta el cloro a nuestros dientes.

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Cloro Pisicinas

Piscinas, cloro y dientes. Cómo afecta el cloro a nuestros dientes.

Verano, piscina, cloro y dientes.

El verano ya está aquí, y no, no es un eslogan comercial pero es una realidad, ha llegado el verano, han abierto las piscinas y… desde hace unos años ya, cuando por fin llega el periodo de chapuzones empiezan a salir por todos lados que tengamos cuidado con las piscinas, que tienen cloro, que daña los dientes, que si el sarro, que si desmineraliza el esmalte, aumenta la sensibilidad, que si…

Pues vamos a intentar aclarar, una vez más, un poco el tema.

¿Bañarse en una piscina afecta a los dientes? Pues en general no.

Me explico, primero las piscinas pueden tener cloro o pueden tener sal, ya sé que las primeras son mayoría, pero también es cierto que cada vez hay más piscinas con agua salada. Y la sal no afecta en nada a los dientes.

El cloro, pues el cloro irrita las mucosas, deja los ojos rojos, reseca la piel… y sobre todo, si te pasas el día entero en remojo, saldrás hecho una pasa… pero apenas afectará o, lo que menos afectará será a tus dientes.

¿Por qué? Pues muy sencillo, con la concentración habitual de cloro de las piscinas solo será capaz de afectar a tus dientes si te bañas al menos seis horas al día, durante cinco o seis días a la semana, todos los meses del año. Es decir, si eres un deportista profesional, nadador, jugador de waterpolo, buzo, etc.

Ahí sí, todo lo que dicen por la web (bueno todo no) es cierto, el cloro acelera la descomposición de las proteínas de la saliva, éstas se acumulan con mayor rapidez en los dientes, sobre todo entre los dientes y entre la unión del diente con la encía, esa acumulación es de que la que se alimentan nuestras bacterias de la boca que, al concentrarse y morir, se mineralizan, es decir, se ponen como una piedra, es lo que llamamos sarro (al llegar a este punto ya no te lo puedes quitar con un cepillo en casa, ya hay que ir al dentista) y en los profesionales es una enfermedad laboral, el llamado sarro de los nadadores.

El motivo de poner aditivos como el cloro (ácido hipocloroso en las grandes piscinas públicas, hipoclorito de sodio en las privadas unifamiliares) o la sal (cloruro de sodio, si te fijas, también lleva un ión de cloro) en las piscinas es  elevar el PH del agua, eliminando así la posibilidad de que existan hongos y bacterias, es el método de desinfección más común.

¿La solución al exceso de cloro de las piscinas? Sobre el correcto control del PH de las piscinas privadas lo dejamos para otro día, pues como limitar o prohibir que los niños, o no tan niños se bañen todo el santo día con el calor que hace parece poco práctico además de un brindis al sol… pues lo mismo que haces cuando sales de la piscina y te quitas el cloro dándote una ducha, cepillarse los dientes con tu pasta habitual, el flúor contrarrestará el PH del cloro.

Con respecto al sarro, ya sea del nadador o no, pues la solución también es muy sencilla, se trata de que vayas al dentista de manera regular, te hagas controles rutinarios y si procede, te hagan una limpieza dental. Si ha llegado el caso de que ya es algo más gordo (aquí hablamos en términos coloquiales y de manera distendida pero el sarro puede llegar a ser una enfermedad periodontal muy seria que puede poner en riesgo la salud de tus dientes) se hace una limpieza con mayor profundidad y listo.

Es de estas cosas que si las haces de manera rutinaria apenas afectará a tu vida, pero si las dejas pueden llegar a complicarte mucho la existencia, las enfermedades periodonciales no son ninguna broma.

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