¿Para qué sirve unos dientes sanos y bien alineados?
Aparte de hacerte más atractivo y tener una bonita sonrisa, la ortodoncia se encarga de corregir la posición de los dientes por tres motivos más, el primero es que facilita la higiene dental al eliminar recovecos y zonas de difícil acceso al cepillo de dientes, dificultando la acumulación de suciedad y bacterias, lo que repercute en la correcta salud de las encías, evita el mal aliento y la creación de caries. En segundo lugar, los dientes en mala posición no engranan correctamente, crean tensiones extra en los músculos de masticación y suelen provocar dolores de cabeza en los casos más severos. La tercera razón, que es la que menos se conoce, es que la boca pertenece al sistema digestivo, la masticación es el primer paso de la digestión, y una persona con los dientes en mala posición o con dientes ausentes, no mastica bien, dejando pasar la comida al estómago poco triturada, generando con ello una sobrecarga al resto del sistema digestivo.


Vale, tengo que hacerme una ortodoncia ¿A qué edad, de qué tipo, durante cuánto tiempo tengo que ponérmela? En realidad, se puede empezar desde la infancia, desde que se descubre que los dientes definitivos están saliendo en mala posición, es mucho más fácil y es más rápido en una boca que está en pleno desarrollo, pero es perfectamente válido en la adolescencia, por la misma razón, aún sigues creciendo o ya en la edad adulta, cada vez es más habitual encontrar a personas de cuarenta o cincuenta años con ortodoncia, ya sea por estética o por intentar mejorar su salud general.
Las ortodoncias existen 2 tipos, la convencional y las transparentes, de las fijas todo el mundo conoce los Brackets y, de las móviles, se han puesto de moda los alineadores, ya sea de marca patentada o no ¿cuál es mejor, pero cada caso es un mundo y será las ortodoncias el que te pueda aconsejar lo mejor para ti. ¿Cuánto tiempo? No se puede decir, cada persona reacciona de una manera diferente a la ortodoncia y dar unas fechas que no sean orientativas es, directamente, mentir al paciente.
Hay tres diferentes tipos de malas oclusiones, las 3 más conocidas son:
- clase I
- clase II
- clase III